martes, 23 de abril de 2013

Sin modelo no hay negocio


 Parece fácil, pero no lo es de tan obvio que resulta. Sin modelo no hay negocio ¿Qué vendemos? ¿A quiénes? ¿Por qué canales? Cuestiones esenciales de lo lógicas que son, por más que se representen en sesudos planes de negocio o en un modelo mucho más simple y visual como del creador del modelo canvas (lienzo) Alex Osterwalder. Lo recopila todo en el libro Tu modelo de negocio o Generación de modelos de negocio, ambos de editorial Deusto. Y es que lo evidente es lo más difícil de implementar. Por ejemplo: veamos la industria de la prensa. El periodista Xavi Casinos lo acaba de recoger en un libro: El misterio del yogur caducado o cómo reinventar los periódicos (Editorial UOC, Barcelona, 2013). La comparación que emplea es muy adecuada. Un relato de Sir Arthur Conan Doyle, con Sherlock Holmes como protagonista, le sirve de pretexto. Tras ver que no vendían, los productores de yogurs llamaron al afamado investigador y este vio que por un lado se ofrecían  productos caducados, mientras que en un segundo mostrador había yogures del mismo aspecto, sabor y tamaño, pero todos frescos y además gratis ¡Cómo iban a venderse los primeros! Trasladado esto al mundo de la prensa vemos que los diarios en papel son los yogures caducados que se venden por un precio, mientras que las webs, abiertas y con infinidad de información --mucha más que en el papel-- ofrecen el producto fresco (del mismo día) y sin cobrar un céntimo. Es evidente que algo falla en el modelo. Probablemente este negocio es de los pocos en los que el precio de venta apenas cubre una ínfima parte de los costes de producción. El resto provenía de las suscripciones, en unos casos, y de la publicidad, en general. Una vez mermada drásticamente la segunda, queda al descubierto la excesiva dependencia de esta que tenían los periódicos desde que nacieron. Para sobrevivir habrá que cambiar la fórmula como hizo Apple con la industria de la música o Amazon con la editorial, empresas, por cierto, ajenas a esos negocios. No sería extraño que los que lo revolucionen todo procedan de otros ámbitos. Ni la radio ni la TV acabaron con la prensa, ni internet tiene por qué ser su verdugo. Por lo tanto, existen posibilidades de resucitar. En todo caso, es preciso reinventar el modelo de negocio y adecuarlo a los nuevos hábitos porque el público existe, está ahí, pero reclama otra cosa. Hacen falta diarios distintos, complementarios de los digitales e interrelacionados con estos, con modelos de pago, micropago, suscripción, en los que se combinen prensa y medios audiovisuales y otras fórmulas que permitan incrementar los ingresos, tanto del periódico en papel como en sus diferentes variantes sea cual sea la plataforma. Y además, un cambio de mentalidad: De la producción de noticias al negocio de la información, como en su día hicieron los ferrocarriles, del tren al transporte; o IBM, al pasar de vender PC a soluciones informáticas. Es evidente, es obvio, pero, sí, ciertamente, difícil.

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